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El reciclaje de preservativos usados alerta a las autoridades sanitarias chinas
El pasado año se saldaba en China con la preocupación suscitada por una alta aparición de enfermedades de transmisión sexual cuyo origen no estaba en las prácticas sexuales sino en un reciclaje poco higiénico y peligroso para la salud.
Una práctica convertida en más que habitual en Dongguan (provincia de Guangdong) y extendida a otros distritos, consistía en reciclar preservativos usados (fabricados en látex), que se convertirían en gomas del pelo de muy bajo coste –no llega a los tres céntimos de euro un paquete de 10-, que terminarían por comprar mujeres en salones de belleza y turistas en puestos callejeros.
Los médicos del país alertaron de los peligros encarnados en estas ventas, ya que los productos fabricados con preservativos usados –en muchos casos infectados incluso de SIDA- son transmisores de enfermedades tales como hongos o herpes. El contagio es rápido: basta con que una mujer se ponga en la boca una de estas gomas de pelo cuando se lo está arreglando para proceder a atarlo.
Las autoridades chinas, por su parte, señalaron que está penado por ley el comercio de objetos realizados con preservativos usados.