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Envases y otros productos a partir de nanocelulosa reciclada


19/01/2022

En el marco del proyecto Boocell, en el que participa el centro tecnológico Itene, se ha logrado obtener nanocelulosa a partir de residuos, con la que fabricar envases, cosmética y fertilizantes.

Boocell Itene

Concretamente, la labor de Itene consiste en la obtención de nanocelulosa a partir de residuos para su uso en aplicaciones de envase, cosmética y fertilizantes. Para ello, aplica metodologías y herramientas procedentes de la biotecnología y la ciencia de los materiales.

La investigación se lleva a cabo como parte del proyecto Boocell (2021- 2024), en el que, además de Itene, también participan la Universidad de Córdoba; BIONC; la Estación Experimental del Zaidín; Esencias Moles; y el Grupo Fertiberia. El proyecto Boocell está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación a través de la Agencia Estatal de Investigación.

Así, se busca convertir residuos agrícolas como pajas de cereales, en celulosa y lignocelulosa. Esta sustancia servirá, a su vez, para producir nuevos productos finales empleando un procedimiento eficiente innovador. Concretamente este procedimiento permite un ahorro del 50% químico y energético. Ello se traduce en un menor impacto ambiental y en un producto con una mayor consistencia. El proyecto contempla asimismo el escalado de dicho proceso para conseguir validarlo industrialmente.

Además, el proyecto Boocell también desarrollará la producción de nanocelulosa bacteriana de alta pureza y que consuma CO2 durante su fabricación. En este caso, también se realizará un proceso de escalado, para conseguir así un proceso compatible con la industria que pueda llegar al mercado en los próximos años.

Tanto la nanocelulosa obtenida a partir de residuos agrícolas como la celulosa bacteriana serán funcionalizadas, mediante distintos procesos según las aplicaciones a las que se vayan a destinar.

Boocell Itene
Miembros del proyecto Boocell, en la Universidad de Córdoba.

Más posibilidades gracias al proyecto Boocell

En una fase más avanzada del proyecto, la nanocelulosa conseguida (tanto la de origen vegetal como la bacteriana) y su funcionalización, serán la base de nuevas micro y nanocápsulas. Estas se utilizarán para encapsular fragancias y aceites esenciales activos de forma estándar. Entre los principales usos de estas microcápsulas estaría la adición de efectos antimicrobianos/antioxidantes compatibles con los aromas de la formulación cosmética, y en formato core-shell. De la misma manera, permitirían la encapsulación de microorganismos de forma estable. Lo que ayudaría a mejorar la viabilidad microbiana en los procesos de formulación y la actividad del extracto enzimático e inhibición de la desnaturalización.

Otros resultados de la investigación son el desarrollo de nanocompuestos a partir de celulosa para su uso en películas flexibles compostables de uso doméstico para aplicaciones de envasado. Esto ayudaría a promover el uso de materiales sostenibles y ofrecería nuevas posibilidades a los plásticos de un solo uso.

Como ha explicado Rafael Sánchez, responsable del proyecto en Itene, y jefe de proyectos de la Unidad de Transformación de Materiales de Envase; el diseño y la producción de microcápsulas a partir de polímeros de origen bio- como es el caso de la celulosa- reciben mucha atención, tanto científica como tecnológica. Ello se debe a las posibilidades que ofrecen, como la liberación controlada de fármacos, enzimas, fragancias y la protección de compuestos activos.

Para Sánchez, además, también poseen ventajas como la seguridad, no toxicidad, biodegradación y biocompatibilidad.

*Para más información: www.itene.com

MundoPlast

19.01.2022

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