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Ante el reto de la disponibilidad de plástico reciclado


11/07/2022

Alberto Piovesan, Director del Segmento de Plástico de Tomra Recycling, señala la falta de material reciclado como uno de los grandes frenos para la economía circular del sector del plástico.

Alberto Piovesan Tomra, tomra reciclado
Alberto Piovesan, responsable de plástico de la empresa de reciclado Tomra.

Uno de los grandes problemas del sector en el actual contexto de transición hacia un modelo de economía circular es la falta de material reciclado. Para superar estas limitaciones y poder cumplir los ambiciosos objetivos de reciclaje establecidos por la UE, los recicladores y las plantas de tratamiento de residuos (MRF) recurren a tecnologías avanzadas para incrementar sus ratios de producción y mejorar la calidad de su producto.

En 2020, la producción mundial de plástico fue de 367 millones de tm. Europa produjo 55 tm de plástico. El 70 % de la demanda total del mercado europeo procedía de los países de mayor tamaño, y el 40,5 % del material se empleó en la producción de envases. Estos datos demuestran la necesidad de reducir la proporción de material virgen que se pone en el mercado para poder crear una economía circular para el plástico. Y, según Piovesan, la industria del reciclaje ya ha conseguido materiales de suficiente calidad como para hacerlo.

La consultora S&P Global Platts Analytics calcula que en 2030, más de 1,7 millones de tm de polímeros vírgenes serán sustituidas por plástico reciclado mecánicamente. Ello supone casi triplicar las 688.000 tm de 2020. Y es que, hasta ahora, solo una parte muy pequeña del material reciclado ha logrado encontrar la vía de reentrada en la producción de materiales nuevos empleándose en su mayoría en aplicaciones de menor calidad.

Para conseguirlo, el directivo de Tomra Recycling establece varias palancas. La primera de ellas es la recogida eficaz del material reciclable. Por ejemplo, a través de los sistemas de devolución y depósitos (SDDR), una buena práctica a nivel mundial para el reciclaje de envases de bebidas dentro de un sistema cerrado. En este sentido, Piovesan ve necesario reducir la contaminación y aumentar la cantidad de productos reciclados en todos los flujos de residuos.

Romra recyceling, Tomra plástico reciclado

La ayuda de la legislación

Otra de las palancas para incrementar la cantidad de plástico reciclado pasa, según el representante de Tomra Recycling, por implantar planes de responsabilidad ampliada del productor (ERP). De esta manera, los productores asumen una importante responsabilidad sobre la vida útil del producto; desde la fase de diseño a la fase posconsumo al final de su vida útil.

Estas políticas incentivan que, al fabricar sus envases, los productores tengan en cuenta factores medioambientales y contribuyan a reducir el impacto ecológico de sus productos.

De esta manera, la legislación desempeña un papel fundamental de apoyo a la inversión en infraestructuras, incluida la recogida, clasificación y reciclaje eficaces de residuos de plástico. Las directivas del plástico y los objetivos obligatorios de contenido de reciclado pueden establecer el marco adecuado para que se priorice la circularidad y se acabe con los cuellos de botella en la disponibilidad de material reciclado.

Una medida necesaria

Para Alberto Piovesan, los marcos legales de obligado cumplimiento suponen una intervención del mercado importante y necesaria. Así, apoyan la gestión sostenible de los residuos y fomentan que la industria aumente el uso de productos reciclados. Al mismo tiempo, garantizan su demanda y la inversión en infraestructura.

La Directiva de Envases y Residuos de Envases, aprobada por la Unión Europea en 1994, es una de las leyes que marca los objetivos de contenido de reciclado y crea mercados finales para materias primas secundarias.

Esta directiva impone a los productores de envases el uso de un mínimo de un 50% de contenido de material reciclado en la producción de envases de plástico nuevos para el año 2025, y más del 55% para 2030.

Igualmente, la Directiva sobre el plástico de un solo uso de la UE, exige un mínimo de un 25% de contenido de material reciclado en las botellas de PET para el año 2025, y un objetivo de recogida separada del 77%. En este sentido, Alemania, por ejemplo, cuenta con una tasa de recogida de PET del 98%, y los Países Bajos, con un 95%.

Mucho por recorrer aún

Aunque llevamos un largo camino recorrido hacia la economía circular, aún queda mucho por delante. Según Zero Waste Europa, las botellas nuevas solo contienen una media del 17% de PET reciclado (rPET). Mientras, el 69% del resto de productos de PET se fabrica con botellas de bebidas fabricadas con rPET. Ello supone un desvío de materiales del proceso de círculo cerrado. Idealmente, los materiales de plástico deben reciclarse varias veces en la misma aplicación para asegurar un suministro adecuado para la producción, mientras sea viable económicamente.

Las Directivas constituyen un importante paso adelante, pero aún hay margen de mejora. De hecho, es escasa la legislación que estipula el uso de contenido reciclado posconsumo (PCR), que podría permitir acercar oferta y demanda. En EE. UU., el estado de California cuenta con los objetivos más ambiciosos de PCR en botellas de bebida. Las leyes sobre contenido reciclado aprobadas hace poco en California marcan objetivos de un 15% de PCR para el año 2022, pasando a un 25% en 2025 y un 50% en 2030.

Reciclaje mecánico avanzado

Aumentar el uso de contenido reciclado hace que toda la industria tenga que tomar medidas. Desde diseñar envases reciclables hasta mejorar el suministro de productos reciclados de calidad.

Aplicar la estrategia de Sistemas integrales de recursos a la gestión de residuos combina los sistemas de devolución y depósito (SDDR); la recogida selectiva para algunas fracciones de residuos y la clasificación de la fracción resto de RSU para recuperar plástico para reciclaje mecánico avanzado. Además de los flujos de recogida específica, la clasificación de la fracción resto de RSU también ha demostrado ofrecer plástico de calidad para reciclaje.

En este sentido, un caso práctico con AVR, planta holandesa de clasificación de residuos, demostró que la clasificación de la fracción resto de RSU con tecnologías de alto rendimiento puede recuperar 12 veces más plástico para reciclaje; lo que permite reducir emisiones de CO2. Otras plantas de clasificación, como las noruegas IVAR IKS o ROAF, también demuestran el enorme potencial que ofrecen la fracción resto de RSU si ayuntamientos y empresas invierten en tecnologías y procesos avanzados.

Mejorar la clasificación de residuos

Actualmente, las empresas de reciclaje y las plantas de clasificación de residuos tienen que asumir las tareas de limpieza de residuos contaminados a un nivel sostenible para su posterior procesamiento o comercialización. Al mismo tiempo, los fabricantes y grandes marcas así como los transformadores que compran PCR exigen monofracciones de gran pureza; clasificadas por tipo de polímero y color.

Al adoptar la tecnología de clasificación basada en sensores, las plantas pueden clasificar de forma eficaz y purificar plástico de alto valor de diferentes flujos de residuos, para comercializar fracciones de PET o PO.

Para crear productos más valorizables es necesaria una combinación de soluciones de clasificación en formato botella así como la  clasificación de escamas. En primer lugar, las clasificadoras de infrarrojo cercano (NIR) separan el plástico objetivo de contaminantes como polímeros no deseados y materiales extraños. Posteriormente, se tritura y seca el plástico .

Las escamas de plástico resultantes se vuelven a procesar en un paso secundario con un sistema de clasificación para escamas, de alta precisión. Capaz de clasificar escamas de solo 2 mm. Estos sistemas ultrasensibles permiten establecer si se desea clasificar por material según tipo de polímero y/o según color.

Reciclado de calidad gracias a Tomra

La tecnología de estos sistemas puede clasificar una amplia gama de colores, como natural, azul claro o colores brillantes; a asegurando la pureza del polímero. Así, las empresas cuentan con los medios necesarios para reducir los niveles de contaminación; y ofrecer a la industria materiales de calidad que se pueden procesar para convertirlos en productos reciclados de calidad virgen.

Aunque muchas empresas de reciclaje prefieren el plástico procedente de flujos de monomaterial o de recogida selectiva con niveles de contaminación más bajos; los operadores pueden ahora procesar de otras fuentes más sucias al ‘limpiar’ las impurezas del plástico, para obtener más material capaz de satisfacer la demanda.

De hecho, los residuos de envases posconsumo pueden suponer una fuente estupenda de polímeros reciclables y existen grandes cantidades disponibles. Aunque están más contaminados que los residuos de plástico postindustrial, los sistemas sofisticados de clasificación pueden recuperar y purificar automáticamente materiales mediante procesos avanzados de reciclaje mecánico. Este tipo de reciclaje también aumentaría la oferta de material de PCR en el mercado.

La colaboración, fundamental

Mejorar la reciclabilidad y aumentar la cantidad de contenido reciclado exige que la industria adapte todos sus procesos para que el reciclaje de calidad empiece ya en la fase de diseño. Las grandes marcas cuentan con incentivos para implantar diseños orientados al reciclaje que ayuden a facilitar el proceso de clasificación.

Cuanto más complejo y colorido sea el diseño de un producto, más difícil es la clasificación y el reciclaje de sus materiales. Por ello, para maximizar la recuperación de recursos, el diseño de producto, la tecnología de clasificación y el proceso en conjunto deben complementarse entre sí. Al unirse desde el diseño de producto a la gestión al final de su vida útil, el cambio no se debe a un solo actor de la cadena de valor; para innovar y transformar la industria, todos deben aportar su granito de arena.

*Para más información: www.TOMRA.com/recycling

MundoPlast

11.07.2022

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