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Clasificación de RSU vs recogida selectiva


02/03/2022

Tomra y la planta noruega de Ivar Iks en Forus han demostrado que la clasificación de los residuos mixtos es una mejor solución que su recogida selectiva.

Desde que se impulsara la clasificación de residuos mixtos en lugar de la recogida selectiva de plásticos, la planta de Ivar en Forus, al suroeste de Noruega, ha incrementado las tasas de recuperación de un 28% a un 82%. Así, ha logrado una tasa de reciclaje del 56,4%, avanzándose a los objetivos de reciclaje de la UE para 2025. Actualmente, Ivar es la empresa que procesa mayor volumen de RSU de toda Noruega.

Concretamente, su planta de Forus gestiona y recoge los residuos de 10 municipios que suman una población aproximada de 325.000 habitantes.

La avanzada tecnología de la planta de clasificación de residuos sólidos urbanos permite recuperar grandes volúmenes de material reciclable antes de que sea incinerado. De esta manera, se reducen las emisiones de CO2 y la dependencia global de material virgen, al poder suministrar contenido reciclado de alta calidad para generar productos y envases nuevos.

Ivar Tomra
Máquinas Tomra en la planta de Ivar.

El papel de Tomra en la planta de Ivar

La cada vez mayor exigencia en los objetivos de reciclaje llevó a Ivar a contactar con Tomra para mejorar los métodos de gestión de residuos que empleaba. De esta manera, Tomra le hizo ver las oportunidades de la clasificación de residuos mixtos. Para ello, Tomra analizó en sus equipos de clasificación varias muestras de RSU enviadas por Ivar. Los resultados demostraron que había margen de mejora para la recuperación de plásticos; ya que los residuos domésticos contenían grandes cantidades de plásticos reciclables que debían eliminarse en un proceso separado. Para el equipo de Ivar, este análisis supuso un punto de inflexión que terminó con la construcción de una nueva planta.

De esta manera, Ivar puso en marcha una nueva planta de clasificación de residuos mixtos totalmente automatizada. Incluía nuevas instalaciones para el reprocesamiento de plásticos y la clasificación de papel. Y supuso la eliminación de la recogida selectiva de plásticos en esa región. Y es que, si bien los plásticos antes se recogían por separado, ahora se depositan también en el contenedor gris y se recuperan en la nueva planta. Como resultado de lo anterior, solo los residuos de la planta se transportan para ser recuperados energéticamente para producir electricidad y energía. En resumen, todos los materiales que los habitantes de la zona desechan se transforman de nuevo en valor de la manera más óptima.

La nueva planta, que se puso en marcha en 2019, cuenta con 22 unidades de clasificación Autosort de última generación de Tomra. Estas máquinas separan de manera eficiente y eficaz los plásticos (PET, PS, LDPE, HDPE, PP) y el papel (papel mixto, cartón, cartones de bebidas) de los contenedores grises de la calle. Además, los metales (aluminio, acero) también se recuperan de los residuos.

Equipada con una sofisticada tecnología de clasificación por infrarrojos, que combina el infrarrojo cercano (NIR) y el espectrómetro visual (VIS), Autosort puede identificar y separar con precisión y rapidez los distintos materiales según tipo y color.

En Forus, las Autosort clasifican el papel en 4 fracciones objetivo y los plásticos, en 6. La precisión de clasificación se logra gracias a su tecnología Flying Beam de Tomra. Al distribuir uniformemente el haz de luz por toda la cinta transportadora, escanea y analiza todo el material que pasa por el escáner. El sensor envía la señal correspondiente a los bloques de válvulas de la máquina, que se encargan de convertir la información del escáner en una acción: bien expulsando el producto escaneado o bien dejándolo caer.

Así funciona la planta de Ivar

En la actualidad, Ivar procesa 40 toneladas de RSU por hora, de las que separan el papel, los plásticos, los metales y los residuos en numerosas etapas.

Una vez que el material recogido se introduce en la planta, los artículos de más de 350 mm se clasifican mediante una criba de dedos; y se trituran en trozos más pequeños antes de que dos cribas de tambor separen el material en tres tamaños diferentes: 0-60 mm / 60-150 mm / 150-320 mm.

En un segundo paso, las máquinas Autosort de Tomra recuperan el 90% de las fracciones de plástico de tamaño medio (60-150 mm) y de tamaño grande (150-320 mm) antes de extraer el papel mezclado. Por último, los imanes y las corrientes de Foucault eliminan los metales ferrosos y no ferrosos.

Una vez que los plásticos se preclasifican, se procede a su clasificación por tipo de material. Primero, los separadores balísticos separan las películas de plástico y los plásticos rígidos. A continuación, 14 máquinas Autosort se encargan de separar los plásticos rígidos en PP, HDPE, PS, PET y crean una fracción limpia de film de plástico LDPE.

Para aumentar aún más los niveles de pureza, estas fracciones de material limpio se someten a una segunda clasificación que también realizan las máquinas Autosort. En este paso se eliminan los contaminantes restantes.

Seguidamente, las fracciones finales de PS y PET de alta calidad se empaquetan en pacas específicas de cada tipo de material y se envían a diferentes plantas de reciclaje mecánico en Europa. El LDPE, el HDPE y el PP se lavan, se secan y se peletizan en la planta de Forus y se venden como pélets.

Al mismo tiempo, la fracción de papel mixto, así como la entrada de papel y cartón mixto procedente de la recogida selectiva, se procesa en una línea de clasificación independiente. De las 23.250 toneladas métricas de papel que se clasifican por turno, el 95,7% del material de entrada se convierte en cuatro productos de papel comercializables como son De-ink, ECC (cartón corrugado), tetrabrik y cartón.

Mejora de los resultados de Ivar gracias a Tomra

Al iniciar sus actividades en 2019, Ivar se fijó el objetivo general de recuperar casi todos los tipos de plástico (PE, PP, PS, PET); y un objetivo más concreto de alcanzar índices de pureza del 95-96% en la clasificación de LDPE, PP, HDPE, PS y PET. Gracias a estas máquinas de clasificación ultraprecisas, el objetivo de la planta se hizo pronto realidad. Así se alcanzaron índices de pureza de hasta el 98%. En papel, los estudios han demostrado que más del 85% del cartón para bebidas presente en los residuos domésticos se separó del flujo con éxito.

Tras extraer los materiales reciclables del material de entrada, las fracciones clasificadas se someten a un amplio proceso de reciclaje en las mismas instalaciones. Mientras que las pacas homogéneas de PET y PS y los metales ferrosos y no ferrosos se venden a recicladores europeos; las poliolefinas (LDPE, HDPE y PP) se trituran en escamas; se lavan en caliente; se secan y se peletizan in situ antes de venderse como productos industriales. Ya se han recuperado miles de toneladas de PE y PP de los RSU. De este modo se han apartado de la incineración para integrarse en la producción de reciclados de polímeros de alta calidad.

Antes de la apertura de la planta de clasificación de residuos, en la región se clasificaban el 65% de los residuos recogidos. Con la nueva planta, la tasa de recuperación de materiales reciclables ha alcanzado el 74%.

Desde el punto de vista medioambiental, la clasificación, recuperación y reciclaje de plásticos a partir de flujos de residuos mixtos —en lugar de depender solo de los sistemas de recogida de materiales— supone una reducción doble de las emisiones de CO2 .

En primer lugar, se incineran menos plásticos; que tienen un alto valor calórico pero también un contenido de carbono fósil. En segundo lugar, el suministro de plásticos reciclados de alta calidad reduce la necesidad de la producción primaria. De este modo, Ivar suministra materiales respetuosos con el medio ambiente y trabaja en consonancia con los principios de la economía circular. Todo ello se traduce en una reducción de 33.000 toneladas métricas de emisiones de CO2 al año; lo que equivale a retirar de la circulación 20.000 coches que utilizan combustibles fósiles.

Clasificación y recogida selectiva, de la mano

Los resultados han dejado claro que la clasificación de los RSU antes de la incineración aporta numerosos beneficios. En Noruega, por ejemplo, ya no es necesario recoger los envases de plástico por separado (y por tanto también los costes que esto conlleva). Ello ha permitido que la empresa Ivar proporcione material reciclado para fabricar nuevos productos y envases, reduciendo a la vez su huella de CO2 de forma considerable.

La automatización del proceso de clasificación con la última tecnología ha contribuido en gran medida a este cambio. Sin embargo, aunque los socios están convencidos de que la automatización complementa la clasificación de residuos, ésta nunca sustituirá a los sistemas locales de recogida selectiva de residuos. Los componentes de una gestión óptima de los residuos —recogida, clasificación de residuos mixtos y reciclaje— deben ir de la mano.

*Para más información: www.tomra.com/recycling

MundoPlast

02.03.2022

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