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Bioplástico para baterías más eficientes
El proyecto Baliht, coordinado por Aimplas, tiene como objetivo desarrollar una batería de flujo redox menos contaminante y que podrá funcionar al doble de temperatura que las existentes, mejorando su eficiencia un 20%.
03.07.2020 Poder disponer de baterías menos contaminantes y duraderas es clave para la transición energética hacia un mundo descarbonizado y más limpio.
En este sentido, el proyecto europeo Baliht H2020, coordinado por AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, pretende desarrollar una nueva batería orgánica de flujo redox que pueda funcionar a temperaturas de hasta 80 ºC. En el proyecto participa un equipo multidisciplinar formado por investigadores, expertos, grandes empresas y pymes de diferentes países europeos.
Las baterías de flujo redox se caracterizan por contar con dos depósitos. En dichos compartimentos se almacena la energía química de los electrolitos (las sustancias que se REDucen y OXidan), que a su vez se transforma en energía eléctrica (y viceversa) en las celdas con las que dichos depósitos se conectan. El rendimiento de las baterías de flujo redox depende del tamaño de la celda, y su capacidad de almacenamiento tiene que ver con el volumen de los depósitos de electrolito.
Electrolitos con bioplástico
Uno de los aspectos novedosos del proyecto Baliht es que su batería empleará electrolitos orgánicos producidos a partir de derivados de la lignina, el polímero orgánico más abundante en la naturaleza.
Esto supone un valor añadido en cuanto a sostenibilidad, ya que la lignina es un producto de origen natural, renovable y no tóxico. Esto contrasta con otras baterías de flujo redox, basadas en electrolitos de compuestos metálicos.
En cuanto a los depósitos donde se almacene el electrolito serán contenedores modulares, flexibles y de doble pared. Esto permitirá que la capacidad de la batería se pueda ampliar para su uso en otras aplicaciones diferentes a las empleadas hasta ahora.
Funcionamiento a altas temperaturas
Por otra parte, el proyecto europeo Baliht tiene como objetivo que la batería de flujo redox pueda funcionar a temperaturas más elevadas. Las actuales baterías de flujo redox funcionan con temperaturas máximas de 40 grados centígrados. Como durante su funcionamiento se genera calor, es necesario implementar un sistema de refrigeración adicional que evite la degradación de los electrolitos y, consecuentemente, el mal funcionamiento de la batería. Asimismo, este sustema añadido de refrigeración también consume energía, lo que acaba afectando al rendimiento y a la eficiencia global de la batería. Para solucionar este handicap Baliht desarrollará una batería que pueda funcionar a temperaturas de hasta 80ºC y sin sistema de refrigeración. De esta manera la nueva batería será además un 20% más eficiente que las actuales.
El proyecto, financiado por el programa de Investigación e Innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, está alineado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 7 para una energía asequible y no contaminante.
Se espera que el proyecto concluya en 2022. Entre los participantes figuran CMBlu Energy AG, Mann+Hummel GmbH y Schunk Kohlenstofftechnik GmbH (Alemania); Cobra Instalaciones y Servicios, Tecnodimension Hinchable, ETRA Research & Development y la Autoritat Potuària de Balears (España); KU Leuven M²S – cMACS – Membrane Technology Group y AliénorEU (Bélgica); KONČAR – Power Plant and Electric Traction Engineering Inc, SL (Croacia); y University Leiden. Faculty of Science, Institute of Environmental Sciences (ULEI) (Holanda).
*Para más información: www.aimplas.es