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La industria química marca el camino hacia el futuro
La semana pasada, en la feria Expoquimia, la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE) presentó la publicación “Welcome to 2030: Tecnologías químicas para un futuro sostenible”.
El mundo se enfrenta a numerosos retos, como el agotamiento de los recursos y o el aumento de la población, algo que solo es posible acometer con la ayuda del sector químico.
Por eso, el presidente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE), Carles Navarro (en la imagen), y el Director General de Feique, Juan Antonio Labat, presentaron la semana pasada en Expoquimia, el documento Welcome to 2030: Tecnologías químicas para un futuro sostenible.
En dicho documento se recogen las tecnologías y procesos en los que está trabajando la industria química para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030; así como los contemplados en el Pacto Verde Europeo, para alcanzar la neutralidad climática antes de 2050.
De esta manera, el informe presenta las innovaciones que están desarrollando las empresas químicas en cuatro ámbitos de actuación: Economía Circular; Transición Energética y Cambio Climático; Salud y Alimentación; y, Digitalización e Industria 4.0 (Smart Digital Solutions).
A través de estas palancas, la industria química reivindica su papel de líder en la carrera hacia la circularidad y descarbonización de la economía y del planeta.
Reciclado químico y economía circular
La industria química juega un papel básico en la mayoría de las tecnologías necesarias que posibilitan la circularización y aprovechamiento racional de recursos.
El reciclado químico supone un gran paso hacia el ciclo de recuperación infinito frente a las limitaciones y degradación del reciclaje mecánico; si bien ambos sistemas son complementarios. Este reciclado es capaz de transformar determinados residuos plásticos que no pueden reciclarse mecánicamente.
El reciclado químico descompone químicamente el plástico o cualquier residuo en sus moléculas de origen. Tiene la ventaja de conservar intactas sus propiedades, dando la posibilidad de generar materiales de la misma calidad que la materia prima virgen.
Sobre las tecnologías de captura, almacenamiento y uso del CO2, logran transformar un problema como el dióxido de carbono en un valioso recurso; para generar moléculas muy valiosas como el metanol o distintos polímeros que sirven de base para la fabricación de espumas de poliuretano. Estas espumas sirven a su vez para fabricar colchones, zapatillas, medicamentos, disolventes, detergentes y cosméticos u hormigón, entre otros.
Las tecnologías de captura y almacenamiento del CO2 podrían contribuir a reducir hasta un 30% las emisiones de CO2 a nivel global.
Transición energética y química para el futuro
En el ámbito de la transición energética, la química aporta materiales y aplicaciones que aumentan la eficiencia y ahorro energético. En este sentido, tecnologías como la fotosíntesis artificial; baterías de alta eficiencia para el almacenamiento de energía; procesos para incrementar la eficiencia de las energías renovables; o tecnologías para el desarrollo de la economía del hidrógeno verde; son algunos ejemplos de innovaciones disruptivas actuales del sector químico.
Así, la fotosíntesis artificial es capaz de utilizar una fuente renovable e inagotable como la luz solar para generar energía de una forma limpia; a partir del agua y el CO2 sin liberar emisiones contaminantes.
Otra de las innovaciones con mayor proyección es la economía del hidrógeno verde. A través de procesos químicos como la pirólisis de metano o la electrolisis; el hidrógeno verde podría llegar a representar entre el 10% y el 20% del consumo energético mundial; y a reducir un 35% las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
En cuanto a las tecnologías para avanzar en la eficiencia de las energías renovables, la aportación de la química resulta fundamental. Los paneles fotovoltaicos tradicionales de silicio cristalino tienen una eficiencia limitada. En ese sentido, las perovskitas, un material barato y versátil basado en titanato de calcio, alcanzan ya una eficiencia del 25,5%. Y pueden incorporse en automóviles, construcción, ventanas, incluso en la ropa, con un grosor inferior a una micra.
Respecto a las tecnologías del almacenamiento energético, las baterías de ion sodio, mucho más barato y abundante que el litio, con más ciclos de carga y 10 veces más rápidas y duraderas; o las de grafeno, con una densidad de energía 1.000 veces superior o las baterías de flujo de vanadio-zinc cromo; están trazando el futuro.
Avance de la digitalizaciónhacia el futuro: no sin la química
La digitalización necesita los materiales del sector químico para producir microcircuitos electrónicos; sistemas de comunicación; almacenamiento de datos ópticos y magnéticos; empaquetado avanzado; interconexión óptica,…
Asimismo, la implementación del Blockchain, la Inteligencia Artificial, el IoT, el gemelo digital y otras tecnologías digitales en la industria química aportan más transparencia a los procesos; y permiten el seguimiento de las moléculas desde la producción y procesado hasta su uso, reciclado o reutilización. Esto revierte en una mayor optimización de los recursos y favorece la economía circular.
Entre las diferentes innovaciones de este eje destaca la impresión 4D, con la que la química también ha desarrollado técnicas y materiales. La impresión 4D se produce cuando el objeto impreso en 3D adquiere la capacidad de transformarse en el tiempo. Los materiales convenientes para este proceso son los polímeros con memoria de forma, los elastómeros de cristal líquido y los hidrogeles.
*Para más información: www.feique.org
20.09.2021