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Las ventas de BASF crecieron un 11,1% en 2022


27/02/2023

BASF incrementó sus ventas un 11,1%, hasta los 87.300 millones de euros en 2022 y redujo su EBIT un 11,5% hasta los 6.900 millones de euros.

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BASF dio a conocer la semana pasada sus resultados de 2022, un ejercicio marcado por las consecuencias de la guerra en Ucrania y el aumento de precios de las materias primas y de la energía.

La multinacional química alemana registró ventas por valor de 87.300 millones de euros, un 11,1% más que en 2021. Este incrementó se debió principalmente al incremento de los precios. Así, los segmentos de Materiales y Productos Químicos fueron los que registraron los incrementos de precio más elevados. Por lo que respecta a las cantidades de productos vendidos fueron significativamente más bajos. Especialmente, por el descenso de los volúmenes de venta en los segmentos Tecnologías de Superficie y Productos Químicos.

En cuanto a los ingresos operativos (EBIT) sumaron 6.900 millones de euros, un 11,5% menos que el ejercicio anterior. BASF explica este descenso por la fuerte reducción de la contribución de los segmentos de Productos Químicos y Materiales. En ambos cayeron tanto los márgenes como los volúmenes y aumentaron los costes fijos.

Asimismo, afectó a esa caída de los resultados operativos del Grupo BASF el coste adicional de la energía, cifrado en 3.200 millones de euros y que afectó sobre todo a las actividades de la compañía en Europa.

Por lo que respecta a los resultados netos del Grupo BASF se situaron en – 627 millones de euros frente a los 5.500 millones de euros de 2021. Ello es consecuencia según la empresa, de unos ingresos netos por participaciones significativamente más bajos.

Resultados del cuarto trimestre de 2022

En los tres últimos meses de 2022, las ventas de BASF cayeron un 2,3% hasta los 19.300 millones de euros. Por su parte, el EBIT antes de extraordinarios también se redujo un 69,6%, hasta los 373 millones de euros frente al trimestre anterior.

En el cuarto trimestre de 2022, el EBIT se contrajo un 90,3%, hasta los 119 millones de euros. Los resultados netos se situaron en -4.800 millones de euros, frente a los 898 millones de euros del cuarto trimestre de 2021. El descenso se debió al deterioro de la participación en Wintershall Dea.

Previsiones para 2023

De cara al presente ejercicio, BASF prevé que la economía global crezca un 1,6%. Asimismo, espera que la producción global de sustancias químicas lo haga un 2,0%.

En cuanto a sus resultados, la multinacional germana confía en alcanzar unas ventas de entre 84.000 y 87.000 millones de euros. Se espera un descenso del EBIT antes de extraordinarios de entre 4.800 y 5.400 millones de euros. La empresa prevé un primer semestre de 2023 débil seguido de una mejora de beneficios en la segunda mitad del año gracias a los efectos de la recuperación, especialmente en China.

Medidas para ahorrar costes

En la presentación de los resultados, BASF también anunció medidas para el ahorro de costes en Europa y especialmente en Alemania a lo largo de 2023 y 2024. Con las mismas, la empresa espera unos ahorros anuales de más de 500 millones de euros en áreas no productivas.

Las medidas previstas incluyen la agrupación sistemática de servicios, la simplificación de las estructuras en la administración de divisiones, el redimensionamiento de los servicios empresariales y el aumento de la eficiencia en las actividades de I+D.

Además del programa de reducción de costes, BASF también está introduciendo medidas estructurales para asegurar la competitividad futura de su sede de Ludwigshafen.

Para ello se plantea el cierre de la planta de caprolactama, una de las dos plantas de amoniaco y las instalaciones de fertilizantes asociadas. Los productos de alto valor añadido, como las aminas estándar y de especialidad y el negocio de Adblue, no se verán afectados. Continuarán suministrándose a través de la segunda planta de amoniaco de la sede de Ludwigshafen.

Igualmente, se propone reducir la capacidad de producción de ácido adípico y cerrar las plantas de ciclohexanol ciclohexanona, así como de carbonato sódico. La producción de ácido adípico en la empresa conjunta con Domo, en Chalampé (Francia), no sufrirá cambios y tiene capacidad suficiente para suministrar al negocio en Europa. BASF continuará las operaciones en las plantas de producción de poliamida 6.6 en Ludwigshafen, que necesitan ácido adípico como precursor.

Otra de las medidas para asegurar el futuro de Luwiswaghen es el cierre de la planta TDI y las plantas de precursor para DNT y TDA. Los clientes europeos de BASF seguirán recibiendo sus suministros de TDI de la red de producción mundial de BASF, formada por plantas en Geismar (Louisiana), Yeosu (Corea del Sur) y Shanghái (China).

Asimismo, alrededor de 700 puestos de trabajo en producción se verán afectados. Las medidas se irán implementado paulatinamente hasta finales de 2026 y se espera reducir con ellas los costes fijos en más de 200 millones de euros anuales.

Los cambios estructurales también conllevarán una importante reducción de la demanda de electricidad y gas natural en Ludwigshafen. Como consecuencia, las emisiones de CO2 en Ludwigshafen se reducirán en alrededor de 0,9 millones de toneladas métricas al año. Esto equivale a una reducción de las emisiones globales de CO2 de la compañía de un 4%.

*Para más información: www.basf.com

MundoPlast

27.02.2023

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