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Ejemplo de economía circular en la industria del plástico
El proyecto Life EPS-Sure ha demostrado que es viable técnicamente reciclar EPS y PS para aplicaciones de contacto alimentario.
29.06.2020 Tras tres años de duración, ha concluido el proyecto de investigación Life EPS‐Sure. Como conclusión principal, destaca la demostración de que las cajas de poliestireno expandido (EPS) para envasar alimentos frescos como el pescado, pueden recuperarse para producir nuevos envases de PS de grado alimentario.
La investigación, en la que han participado Cicloplast, Anape, Coexpan, El Corte Inglés y Total Petrochemicals, junto con industriales del sector plástico, recicladores y cofradías de pesca, ha demostrado la viabilidad técnica del proceso. Asimismo, se abren nuevas posibilidades para la recuperación de este tipo de residuos. También se avanza para que la agencia europea EFSA, autorice y certifique el grado alimentario para el poliestireno reciclado procedente de las cajas de pescado (r‐PS).
Más detalles del proyecto Life EPS-Sure
Las pruebas del proceso de recuperación del r‐PS, siguiendo criterios similares a los usados para el PET aprobados por la EFSA, demuestran la descontaminación eficaz de las cajas de EPS. La lámina final resultante permite fabricar envases para productos lácteos, pudiéndose usar 100% de material reciclado, r‐PS.
Las pruebas de migración realizadas a las láminas con diferentes porcentajes de contenido r‐PS han puesto de manifiesto que se cumple la normativa europea de contacto alimentario. En la misma línea, los test sensoriales organolépticos realizados no han detectado alteraciones por la presencia de aminas odorizantes de pescado.
De esta manera, queda demostrado, siguiendo los criterios empleados para el PET, que los envases obtenidos de r‐PS, además de suponer un claro ejemplo de economía circular y un beneficio para el medio ambiente, son perfectamente aptos para aplicaciones de contacto alimentario.
De residuo a envase, en tres fases
El proyecto Life EPS-Sure, que ha estado coordinado por Cicloplast, ha contado con tres fases diferentes, una de recogida de residuos, otra de un primer tratamiento de trituración y la tercera fase de tratamiento final y preparación del material.
Así, en la primera fase, se procedió a la recogida de residuos de las cajas de pescado de EPS en varios centros de El Corte Inglés. En esta fase, también se retiraron las etiquetas y se procedió al lavado de las cajas con agua para eliminar restos orgánicos. Seguidamente, las cajas se embolsaron e identificaron para asegurar su trazabilidad y evitar riesgos añadidos de contaminación cruzada. El material recogido fue trasladado a las instalaciones de la empresa Saica para su compactación en forma de briquetas o bloques sólidos de material compactado y, posteriormente, se mandaron a un centro de pretratamiento.
Fase dos
Aquí, en la planta de la empresa recicladora Acteco, se inició la segunda fase, con la trituraron de las briquetas hasta convertirlas en copos de EPS. Los copos se lavaron en una solución alcalina en condiciones controladas y, posteriormente, se secaron por centrifugación y aire caliente. De esta manera se eliminaron parte de los contaminantes y aminas procedentes del pescado.
El material obtenido se trasladó a las instalaciones de Total Petrochemicals Ibérica, donde en su planta piloto, los copos de EPS recuperado se mezclaron y fundieron con material virgen de poliestireno y se sometieron a un proceso de descontaminación por exposición a temperatura y vacío. De esta manera se logró obtener granza de r‐PS (poliestireno reciclado).
Fase tres
Por último, en la fase tres, la granza de poliestireno con diferentes porcentajes de material reciclado se envió a la planta de producción de Coexpan. En dicha planta se procesó el material para obtener la lámina extruida. A partir de la misma se realizaron los prototipos de envases termoformados con contenido reciclado.
Tanto en el proceso de extrusión de la lámina como en el de termoformado para producir los envases, se realizaron análisis sobre parámetros de proceso, propiedades mecánicas y seguridad alimentaria (migración en alimentos). Los resultados fueron totalmente satisfactorios.
En la evaluación de las diferentes fases del proceso, se ha contado con la colaboración del centro tecnológico Aimplas. El ente valenciano ha ayudado a determinar la eficiencia global del proceso de descontaminación y la compatibilidad para aplicaciones en contacto alimentario. De esta manera, se pone de manifiesto que los envases obtenidos de r‐PS son inocuos y seguros para su uso en aplicaciones de contacto alimentario. De esta manera, se cierra el círculo.
*Para más información: www.life-eps-sure.com