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ANAIP, asociación representante de la industria transformadora de plásticos española, señala que siguen existiendo dificultades para aplicar el impuesto a los envases plásticos no reutilizables.
En concreto, según la Asociación Nacional de Industriales de Plásticos (ANAIP) el sector encuentra complicaciones importantes a la hora de aplicar correctamente el impuesto a los envases plásticos no reutilizables tras más de dos años desde que entrara en vigor.
De hecho, una encuesta reciente de ANAIP muestra que cerca del 70% de las empresas del sector tienen dificultades para saber si sus productos han de pagar el impuesto. Para la asociación, esto refleja la falta de claridad de la norma, algo que además de poner en cuestión la efectividad de la medida, también socava la competitividad de las empresas y genera inseguridad jurídica.
Y es que la mayoría de empresas del sector son pymes que no tienen los recursos técnicos y humanos necesarios para afrontar dichas exigencias fiscales. Asimismo desde ANAIP señalan que la falta de previsión y acompañamiento institucional en la implementación del impuesto ha derivado en una situación de caos operativo. Y es que, según la asociación, muchas empreas han tenido serias dificultades para contratar técnicos expertos en el impuesto.
En palabras del director general de ANAIP, Luis Cediel, “llevamos tiempo alertando de las graves consecuencias que está teniendo este impuesto para nuestras empresas. No solo estamos ante una carga fiscal desproporcionada y mal diseñada, sino que además se ha implantado sin la mínima armonización a nivel europeo. Y esto nos sitúa en clara desventaja competitiva frente a otros países. Las empresas están asumiendo costes enormes, tanto económicos como administrativos, y lo más preocupante es que muchas pymes no pueden hacer frente a esta situación por falta de recursos técnicos y humanos.”
La encuesta de ANAIP también revela que el 69% de las compañías prevé abonar más de 30.000 euros a Hacienda en el ejercicio fiscal de 2025 por dicho concepto. Se trata de una cifra nada desdeñable, que impacta directamente en la cuenta de resultados de estas empresas.
Igualmente, desde ANAIP denuncian que el hecho de que el mencionado impuesto a los envases plásticos no reutilizables solo se aplique en España, supone una pérdida de competitividad grave para las firmas nacionales frente a sus competidoras del resto de Europa. Y es que ANAIP calcula en un 30% el sobrecoste fiscal para los fabricantes españoles. Asimismo, la asociación de transformadores apunta la casuística de las exportaciones cuyo transporte es gestionado por el cliente y no por el propio exportador, lo que no permite la devolución del impuesto. Incluso, aunque se presente la documentación aduanera que justifica la salida del producto del país.
A ello hay que sumar horas de farragoso trabajo administrativo para cumplimentar las declaraciones, y la adaptación de los sistemas informáticos a las exigencias del impuesto. Esta burocracia añadida supone un importante consumo de tiempo y recursos para las pymes españolas que además les resta capacidad para innovar, competir o internacionalizarse.
ANAIP también denuncia casos en los que se han detectado posibles inconsistencias en la documentación relativa a los porcentajes de material reciclado. Esto podría estar generando un trato desigual frente a los fabricantes nacionales que cumplen rigurosamente con la normativa. Por ello es necesario establecer criterios claros y verificables para los certificados que justifican las exenciones fiscales, con el fin de evitar distorsiones en el mercado.
Según ANAIP, cuatro de cada diez empresas del sector han asumido un gasto superior a los 50.000 euros desde 2023, como consecuencia del impuesto. Los subsectores más afectados, son los de envases y embalajes (67%), seguidos por el químico y de fabricación de polímeros (15%); la construcción (12%) y la agricultura (6%).
*Para más información: www.anaip.es
30.05.2025